El mundo del espectáculo es muy amigo de la solidaridad. El hecho de tener en sus manos un instrumento tan bello y poderoso como el talento posibilita que se puedan montar funciones benéficas para cualquier loable fin, hacer donaciones de sus ganancias o servir de reclamo a iniciativas solidarias. Querer es poder.
Y por supuesto, en nuestra Toguilandia, en la medida de nuestras posibilidades, también podemos aportar nuestro granito de arena. Pero que nadie se me asuste. No se me ha pasado por la mente representar un juicio o hacer una disquisición acerca del tercero hipotecario, el delito imposible o la preterintencionalidad heterógenea. Ni vendría nadie ni tendría tirón. Acabáramos. Salvo que recogiéramos el dinero que la gente pagara por no aguantarlo.
Y aunque confieso que más de una vez me apetecería montar una Operación Triunfo toguitaconada o un Justipasión al estilo de los que hacen las cadenas…
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