Los artistas, sobre todo los que han alcanzado cierto caché, tienen sus representantes para llevarles la agenda. Ellos gestionan sus entradas y salidas, dónde y cuándo aparecen y deciden si les conviene o no. Y, a buen seguro, deciden también a cuál acudir entre varios eventos que coinciden. Porque eso es inevitable. A veces son los astros que se posicionan y otras veces la falta de sentido común, y se reclama su presencia en varios sitios a la vez.. ¿Es más conveniente acudir al festival solidario, al prestigioso certamen, a la cena homenaje a un compañero, al estreno, a una fiesta conmemorativa, a un aniversario? Y como el don de la ubicación aun no ha sido inventado, llega el problema. Que, si de una estrella se trata, resolverá el agente sin molestar al divo o a la diva.
Nosotros también sufrimos los efectos de la ley de Murphy…
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