Hay quien dice que el lenguaje nunca es inocente. Y a veces, eso parece. Ignoro si el perverso es el lenguaje o más bien quienes lo utilizan pero en muchas ocasiones un cambio de término puede conllevar algo más de lo que pretende. O pretender algo más de lo que conlleva, nunca se sabe. En el teatro y fuera de él.
El lenguaje es importante en el espectáculo porque, casi siempre, es el medio por el que se expresan los personajes. Y también les da nombre, a ellos y al resto de los protagonistas de la función. Y tal vez por eso, esos nombres sufren cambios, casuales o no tanto. Recuerdo que hace tiempo se hablaba de las actrices y los actores secundarios. Hoy en día se utiliza más el término de actores o actrices de reparto, que no lleva consigo esa connotación peyorativa que implica el llamarlos “secundarios”…
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